Los parásitos externos pueden ser controlados con el uso de talcos, jabones, collares, spray, pipetas, o con tratamientos más modernos que permiten que el animal esté totalmente protegido por algunos meses. Antes de usar cualquier método debe asesorarse con un veterinario pues no es raro ver animales intoxicados. Esto ocurre en particular con los gatos, muy sensibles a los tóxicos. Nunca usar el producto indicado para perros en los gatos pues pueden ser mortales. Se debe tener mucho cuidado con cachorros, animales enfer- mos y hembras preñadas en cualquier tipo de mascota. Es importante preocuparse de que el área de juegos y de dormir de su mascota estén siempre limpias y desinfectadas; y por supuesto, si usted tiene jardín debe fumigar, para eliminar larvas y huevos, para que de esta manera no tiremos por la borda todo lo invertido en su tratamiento y a la vez prevengamos su reaparición.

PULGAS

Se pueden encontrar en todos lados, el sofá, la cama, grietas, alfombras, entre otros. Y saltan al animal y a las personas para alimentarse de sangre. Además de ser molestas, en animales alérgicos pueden provo- car problemas graves de dermatitis por contacto con la irritante saliva de pulga – dotada de propiedades anestésicas y destructivas de los tejidos–. Debemos preocuparnos si vemos que nuestra mascota se ras- ca mucho llegando inclusive a pro- ducirse lesiones. Estos casos deben tratarse a tiempo o pueden com- plicarse poniendo en riesgo la vida del animal.

Estos ectoparásitos pueden ser transmisores de enfermedades gra- ves tales como el parásito intestinal Dipylidium caninum, hemobartonelo- sis, Yersinia pestis, tularemia y tifus.

MOSQUITOS

Su picadura es importante porque pueden transmitir las temidas Leishmaniosis (jején) y Filariosis (Aedes). Ambas pueden provocar la muerte de la mascota. Sólo podemos evitar la picadura:

• Evite pasear a su mascota al amanecer y anochecer desde la primavera hasta el otoño.
• Coloque telas mosquiteras en ventanas y puertas.
• Utilice enchufes “auyenta mosquitos”, aceites esenciales o velas de citronella, geranio o lavanda.
• Coloque al animal pipetas o colla- res de productos insecticidas destinados a este fin.

GARRAPATAS

Son arácnidos. En su fase primaria son pequeñitas y marrones, pero a medida que se alimentan de sangre, crecen, se hinchan y presentan un aspecto grisáceo. Se pueden detec- tar en cualquier parte del cuerpo, aunque prefieren alojarse en luga- res de difícil acceso.

Son feas a la vista, pero más desagradable aún son las molestias que pueden ocasionar, tales como dermatitis y prurito; y por supuesto, pueden transmitir enfermedades graves como la Ehrlichiosis (bajo número de plaquetas y cuadro clínico de fiebre, anemia, hemorragia nasal, cojera), la Ricketsiosis, Borreliosis, Babesiosis, salmonellosis, brucello- sis, tularemia y el Mal de Lyme. A los humanos pueden contagiarnos de Fiebre Botonosa Mediterránea y Fiebre Q, entre otras.

Su capacidad de supervivencia es enorme. Puede espera años a su víctima para chuparle la sangre.
Las infestaciones masivas pueden provocar anemia y reacciones tóxicas que pueden conllevar a parálisis. Si no hay gran cantidad, puede sacarlas manualmente colocando alcohol o aceite sobre la garrapata. Cuando comience a soltarse tome una pinza y acérquela lo máximo a la piel, y en la misma dirección sáquela. No debe quedar nada de la garrapata agarrada de la piel pues puede producir infecciones y reacciones locales.